Últimamente he estado reflexionando acerca del control, que es y cual es su verdadero origen. Me refiero a esa sensación constante de querer saber, tener o poseer desde situaciones hasta personas.
Se que quizás pensarás, oye Sol, pero que hay de malo en ello, incluso el control podría venirme bien, para planear, gestionar u organizar cosas, es decir mi vida en general.
Y créeme entiendo el punto, pero ¿sabes quien esta hablando ahí casi todo el tiempo? ¡Así es! el EGO ese pequeño infame que todo lo juzga que todo lo quiere poseer por que a través del tiempo ha querido protegernos con múltiples mecanismos de defensa que probablemente hemos adquirido desde el inicio de nuestra infancia, (por cierto, te recomiendo muchísimo el libro de la Sanación de las 5 heridas del alma) así que podemos comenzar por darnos cuenta de que en su mayoría no somos CONSCIENTES.
Por supuesto que no todo esta perdido, de hecho aquí comienza el camino dándonos cuenta que esta presente y que nos conduce en su mayoría, esta es la primera revelación.
Ahora me enfocare en las diferentes maneras en que el EGO puede confundirnos y manifestarse, cayendo en su juego una y otra vez, pero esto no podría hacerlo sin ayuda de las MÁSCARAS.

Las máscaras
Una de las máscaras principales se presenta en nuestras relaciones románticas, cuando tenemos este casi necesario impulso de poseer y tener a la persona que esta a nuestro lado, de aquí surge frases como “eres mía(o)” “soy tu dueño(a)” solo por mencionar algunas , pero aquí todos sabemos que la lista sigue y sigue, y la situación no afectaría más allá si solo se quedara en decir eso, el tema es que casi todas nuestras palabras transcienden en una acción, y ahora no solo me basta con decirte que eres mío(a), ahora me enojare y molestare contigo si haces algo que yo considere desde mis “creencias limitantes” que esta mal, por que de acuerdo a lo que yo considero que significa ser mía no puedes tener o hacer ciertas cosas.
Entonces lejos de relacionarnos desde la libertad de ser, nos relacionamos desde la posesión del otro, si no eres como yo quiero que seas de acuerdo a lo que YO espero de ti, entonces habrá consecuencias. Y es aquí donde nos encontramos con relaciones muy dañinas, la codependencia es tan fuerte que es casi imposible que los afectados se den cuenta de eso.
El control puede escabullirse de formas casi infinitas tanto como la creatividad del EGO permita, recordemos que el vive en su mundo, en su FANTASIA, donde la manda y por supuesto todo lo sabe.
Incluso otra mascara común es ese sentimiento de incomodidad de vacío que constantemente se da en todos nosotros.
Imagina el siguiente escenario, estas en tu casa o tu trabajo haciendo lo habitual cuando de pronto una sensación en el cuerpo cae de golpe y el sentimiento de “calma” que tenías antes se va esfumando, ahora esta ese vacío constante como si algo faltara o algo anduviera mal, incluso haces una revisión de tu vida rápidamente para ver si esto surge de algún lado en especifico, en ocasiones te encuentras con que si hay algo (lo que solo es otra justificación) y muchas ocasiones resumes que no hay nada en específico, y entonces ¿Por qué me siento así?
El EGO esta literalmente programado para mantenernos en división constante, existe un TU y un YO donde claramente somos diferentes y lo que sucede afuera no es problema mío, eso mismo pasa en la mente, nuestra mente cree que hay varias personas, dictaminando que esta bien y que esta mal, viviendo en la ilusión de que estamos separados.
Justo por eso es tan importante hacernos conscientes del comportamiento de nuestra mente y OBSERVAR por que siento lo que siento, nos daremos cuenta que el punto al que llegamos es el mismo de siempre EL MIEDO.
Desde mi punto de vista el miedo es el corazón del EGO, así que la forma de combatirlo es el AMOR.

Recomendaciones
- Deja de RESISTIRTE a la sensación de CONTROL o VACÍO, deja de resistirte a cualquier sensación INCOMODA, no la evites, solo ACEPTA lo que es aunque eso signifiquen algunas lágrimas de por medio.
- Cuando le das luz a esa densidad, se aligera el peso por que ya no lucho, no hay nada contra lo que luchar, me dejo de resistir y entonces la calma vuelve a tomar su curso.
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