Es mitad febrero y tocaba hablar del amor, esas 4 palabras que todo el mundo anhela. ¿No es que acaso guerras, crímenes, y sin fin de actos innombrables se han llevado acabo en su nombre?
A lo largo de la historia el ser humano a buscado comprenderse a sí mismo, por que la verdad es que somos seres muy complejos, estamos constituidos por mente, cuerpo y espíritu.
Desde ese conocimiento limitado que tenemos de nosotros mismos es que nos relacionamos con los demás, proyectando nuestros deseos y carencias más profundas, normalmente esto lo hacemos de manera inconsciente, es decir nisiquiera nos enteramos de que lo estamos haciendo.
Cuando hablamos de amor, inmediatamente pensamos en dos, ese ideal de una pareja prefecta que estará unida toda la vida. Sin embargo, el amor va más allá de un romanticismo que hoy en día parece más un producto vendible que una ley universal.
Todos queremos saborear el amor
Todo queremos probar un poco de lo que se siente amar y que te amen, pero, ¿que pasaría si te dijera que tu mismo puedes crear ese amor?, que no se necesita hacer nada para poder experimentarlo, y que el más grande amor que puedes experimentar viene de ti.
Probablemente pensaras que es el mismo cuento de siempre, y sí, lo es por que así ha sido desde el inicio de los tiempos, solamente que no sabemos como acceder a ese amor propio que es, desde donde todo surge.
Cuando no se como amarme, soy preso de mis miedos, frustraciones, y demonios más profundos, todo ello lo proyecto como en una película y lo deposito en la persona que tengo enfrente, como si el amor fuera un paquete y le dijera, – tómalo, es tuyo y ahora te corresponde a ti hacerlo crecer. – es ahí donde la cosa se pone fea.
Es más fácil que alguien lo haga por mí
Depositar en el otro mi bienestar puede ser peligroso, por que dependemos completamente de su estado de ánimo, sus formas de amor y por supuesto sus demonios internos para hacernos sentir bien… o no.
Pero también es un hecho que no hacernos responsables de nuestro bienestar, puede ser cómodo, aunque lo vivamos desde el sufrimiento.
Las recompensas no visibles
No hacerme cargo de mi, significa que probablemente estoy obteniendo algo a cambio por no hacerlo, muchas veces nisiquiera se lo que es, otras veces lo descubro y a pesar de eso decido vivir ahí.
Es decir, todos hemos escuchado frases o incluso hemos tenido pensamientos propios, en donde culpamos al otro por habernos hecho sentir mal, o por que no actuó como yo esperaba o simplemente me rechazo, eso por supuesto me hace tener emociones que no me gustan.
Vivir desde ese victimismo, me recompensa al producir lastima en los demás y obtener atención constante de mi entorno por mencionar algo.
Estas recompensas pueden darse de muchas maneras, y solo podremos descubrirlas si comenzamos a mirarnos.
Comienza a amarte
Reconocerte como creador de tu propio bienestar es un gran paso para comenzar a experimentar el amor, y no el amor de Disney, si no el amor real, donde las cosas no son para siempre porque somos humanos y cambiamos, donde el amor es honesto y se va, donde el amor se queda de manera incondicional, pero ocupando un rol diferente, donde el amor que esta contigo para toda la vida es el tuyo.
Amarte a ti mismo, es un trabajo constante de todos los días, donde habrá momentos poco agradables pero necesarios para crecer, amarte es escucharte, es dejar ir, soltar y luego volver a apapacharte, amarte es poner límites y tener conversaciones incomodas, amarte es encontrar el gozo de estar solo contigo y también con los demás.
Amarte a ti mismo no es una moda, es una forma de vivir, por que cuando encarnas tu amor verdadero, podrás crear todos tus demás amores, siempre sintiéndote dueño de tu propio bienestar.
Así que ahora te pregunto, ¿estás dispuesto a experimentar lo que es amar?

Si quieres conocerte una forma diferente de amarte desde el bienestar, escríbeme aquí.
Aquí te comparto mis videos que hago con mucho amor para ti.