Hablemos de la familia, si, la familia y lo hermoso que puede llegar a ser compartir esos momentos de felicidad con ellos. Desde pequeños ellos nos enseñan a dar nuestros primeros pasos, a pronunciar nuestras primeras palabras y en pocas palabras a formarnos como personas de bien en la mayoría de los casos; pero me gustaría hablar más bien de como todos los comportamientos que vemos dentro de nuestra familia, buenos o malos se van grabando en nuestro subconsciente hasta que se vuelven familiares y normales.
Recientemente tomé un diplomado de inteligencia emocional y neurociencias por que me parecen temas interesantísimos, y pude descubrir que nuestra primera infancia que va de los 0 a los 5 años son de vital importancia en nuestra formación, ya que incluso se considera como una vida entera, por que estos años van a definir mucho de lo que somos hoy en día, y he aquí donde viene el asunto.
Mi entorno
Es cierto que, así como nosotros crecimos en cierto contexto bajo ciertas normas, circunstancias etc, nuestros padres también vienen de una “programación” de su infancia y muy probablemente nos hayan transmitido muchas cosas que ellos experimentaron, y todo es perfecto cuando ellos han vivido cosas hermosas y positivas.
Cuando las cosas no son así, comenzamos a vivir en un hogar lleno problemas, incluso violencia tanto física como emocional, entonces cuando crecemos y salimos al mundo lo primero que hacemos es buscar a alguien más que tenga comportamientos poco saludables para llenar ese vacío que deja nuestro primer hogar y entonces normalizamos muchos comportamientos y hábitos negativos simplemente por que fue con lo que crecimos.
“No eres responsable de lo que viviste en tu infancia, pero si eres responsable del adulto que eres hoy”
Tienes el poder de cambiar
Si no tenemos la capacidad de detenernos a observar nuestros propios patrones, es casi seguro que volveremos a repetir la historia, y no solo eso, ahora vamos a transmitirlo a nuestros hijos también, en caso de tenerlos.
Con todo esto no quiero decir que debemos ser perfectos y no tener errores, más bien, al punto que quiero llegar es que, si bien no somos responsables de la mayoría de las cosas que pasaron en nuestra infancia, pero si somos totalmente responsables de poder cambiar y modificar esas conductas y pensamientos, todo esto con una sola intención, ser mejores personas cada día, tener la capacidad de relacionarnos de la forma más sana posible con los demás, pero sobre todo con nosotros mismos.
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